Cada Ma̱ana Р24 de Octubre

Miércoles 24 de Octubre de 2018
Terminamos nuestra participación en Estados Unidos
BUENOS DÍAS… Como todos los miércoles, entramos con todo y chinelos a CADA MAÑANA, a través de LA RAZA, la madre de todas las estaciones de Minnesota. Gracias Mike Castillo, por permitirnos saludar a nuestros amigos y paisanos en la Unión Americana, hoy miércoles 24 de octubre de 2018.

Qué hermosa esta la luna ¿no? Nos acordamos de la canción que cantaba el ídolo Pedro Infante, y que decía de las de acá: De las lunas, la de octubre es más hermosa… ¿a poco no? Hace algunas semanas, en este mismo espacio, dimos cuenta de algunos “bebederos” de antaño. Naturalmente, varios de nuestros escuchas, nos dijeron que habían faltado lugares. Obvio que sí, pero también nos pidieron recordar que, en el corazón de la ciudad de la eterna primavera, aunque lo duden algunos, hubo lugares “de rompe y rasga”, como dirían entonces. Y en el mero centro de la ciudad. En la plática, entre otras cosas, salieron a relucir nombres y denominaciones de algunas monedas de las de antes. Como los veintes de cobre, las pesetas de plata, los pesos con la figura realzada de don José María Morelos y Pavón, aunque también había “pesos de papel”, también llamados “chuchos”, que eran de color rojo y negro. ¿Se acuerdan? Lugar especial merecieron los llamados “tostones”, monedas de cobre, con la efigie de Cuauhtémoc, en el anverso, como dirían los enterados de la numismática, y en el reverso, el águila devorando a la serpiente, como en el escudo de nuestra enseña patria, como le decían a la bandera mexicana los maestros de la vieja guardia. Y es que con dichos “tostones”, los de cobre, los parroquianos de los lugares que existían en la calle de Guerrero, muy cerca del viejo mercado “Benito Juárez”, como el entonces renombrado cabaret “Azteca”, hacían sonar las famosas rockolas. Sí, con una moneda de a “tostón” (cincuenta centavos de aquéllos años), la clientela podía disfrutar de cinco melodías. Cinco selecciones musicales por la módica cantidad de 50 centavos. Un tostón, y a bailar sabroso. O a pedir las otras, para seguir platicando con la dama en turno, en algún reservado. Dicen, que ya estaba la Casa Mitre –ya desapareció actualmente-, y que también había diversos congales alrededor del famoso cabaret “Azteca”. También ya fue derruido el mercado “Benito Juárez”, inaugurado en la época de don Porfirio Díaz.

Ahora, ese lugar se conoce como “la fayuca”. También, en esa histórica calle de Guerrero, ahora hay excesiva venta de artículos piratas, muebles chafas, y también muchos estacionamientos. Hace unos años, seguramente lo recordarán algunos cuernavacos de la vieja guardia, allí estuvo la tienda de abarrotes 1,2,3. Y la zapatería Casa Cianci. A unos pasos de la iglesia de San Miguel y todos los Ángeles, que todavía está en la esquina de Guerrero y Degollado. Junto, la ferretería El Nivel, que después se convirtió en el Súper Gloria, y que ahora es una tienda de telas. Pero, volvamos a fines de los años 40´s y principios de los 50s. El cabaret “Azteca”, estuvo en la esquina de Guerrero y Arista, subiendo por Clavijero, muy cerca de donde se ubicaban los llamados “fierros viejos”, y el tiradero de basura del mercado “Juárez”. Estaban de moda las famosas rockolas, y entre románticas melodías, así como danzones cadenciosos, en las mesas se acumulaban “las frías”, y en otras, algunas de las botellas de las bebidas de entonces, como Ron Castillo, Ron Potosí, etc.

A fines de los cuarenta y principios de los cincuenta (el tostón otra vez), recién terminada la guerra, estaban de moda las canciones de Chelo Silva. Según algunos que presumen de muy conocedores, Chelo Silva fue la antecesora de la ahora muy mentada Paquita la del Barrio. Chelo Silva, interpretaba muy a su estilo, canciones como Cheque en blanco, Como un perro, Amor prohibido, Sabor de engaño, y Te la voy a recordar, que por cierto es muy parecida a la de Me saludas a la tuya, que entona hoy la famosa Paquita la del Barrio. Así fue… en décadas pasadas en Cuernavaca, concretamente en la vieja calle de Guerrero. A dos cuadras del zócalo, nada más. Vaya que ha pasado el tiempo. Ahora, ni cabaret “Azteca”, ni tostones, ni rockolas. Mejor nos despedimos con la de Pedro Infante.

Gracias por escucharnos. Hasta el próximo miércoles.